Polémico contrato de la imprenta de un allegado a Amado Boudou
Por Nicolás Wiñazki
Fue encargada de imprimir boletas para el FPV, aunque no podía hacerlo.
De festejo. El dueño de Ciccone, Alejandro Vandenbroele, de remera oscura, con un amigo, tiempo atrás.
11/02/12
El monotributista Alejandro Vandenbroele, dueño de Ciccone Calcográfica, acusado por su ex pareja de ser “testaferro de Amado Boudou”, demostró ni bien llegó a su nueva empresa que efectivamente tenía vínculos estrechos con el Gobierno. Pasó a controlar la imprenta privada más importante del país en julio del 2011, y a la pocos días consiguió un negocio multimillonario con el oficialismo: fue él quien imprimió las boletas que el Frente para la Victoria usó para las primarias, realizadas en agosto de ese mismo año. El FPV pagó más de 15 millones de pesos por el trabajo.
Vandenbroele, director de The Old Fund, sociedad que maneja Ciccone Calcográfica, dijo en al menos tres reuniones que él venía “de la mano del Gobierno ”, y explicó de manera explícita, textual, que su vínculo con el Estado “es Boudou” Hay decenas de testigos (ver Las tres ...).
Los trabajadores de Ciccone se convencieron de inmediato de que Vandenbroele era “el Gobierno”. Apenas desembarcó en la empresa le pidió a los técnicos que inspeccionen la maquinaria: avisó que imprimirían las boletas del Frente para la Victoria.
Faltaba menos de un mes para las primarias .
Era un trabajo contrarreloj. En pocos días debían imprimir 70 millones de boletas.
La copiadora que hace ese trabajo es una off set de siete colores.
La de Ciccone no servía : no le daba el ancho de bobina para imprimir los 6 cuerpos que tenían las papeletas del FPV. Vandenbroele buscó entonces alternativas. Y tercerizó el servicio . Imprimió las boletas en la imprenta Poligráfica del Plata. La operación fue confirmada por fuentes empresarias que pidieron reserva de su nombre.
Las boletas finalmente salieron a tiempo después de algunos problemas iniciales.
Las primeras pruebas de impresión alteraron los nervios de la Casa Rosada . El azul del fondo era más tenue que el correcto, pero si se lo subía de tonalidad el rostro de la presidenta Cristina Kirchner mutaba entonces a un rojizo muy llamativo, así como si la piel estuviera demasiado tostada por el sol.
Clarín pudo saber que gente de Ciccone consultó a la Casa Rosada para ver cómo se podía seguir adelante. La instrucción que bajó desde el Gobierno fue, palabras más, palabras menos, la siguiente: “ Que la cara de la Presidenta salga lo mejor posible ”.
Según pudo averiguar este diario, uno de los empleados de Ciccone involucrados en esta operatoria fue el vicepresidente de la compañía, Máximo Lanusse, ex gerente del Banco Macro, de Jorge Brito. Lanusse fue quien consiguió un crédito de esa entidad para que Ciccone pueda arreglar las máquinas que imprimen papel moneda , sobre todo dos, una llamada “Súper Orloff” y la “Super Simultan”.
Ocurre que desde que llegó a la empresa, Vandenbroele prometió que “imprimiría papel moneda”. Incluso puso un plazo frente a quienes le preguntaron cuándo: “Después de las elecciones”.
El lunes pasado, Laura Muñoz, ex pareja de Vandenbroele, aseguró en el programa de Jorge Lanata en Radio Mitre que su ex marido es “testaferro de Boudou”. Dijo que tenía pruebas para la Justicia.
El juzgado federal de Daniel Rafecas investiga desde el viernes el “Caso Ciccone”.
Clarín llamó toda la semana a Vandenbroele pero nunca respondió. Boudou tampoco desmintió las informaciones publicadas hasta ahora. Muñoz reveló que ambos son amigos de la juventud.
Vandenbroele declaró ante la AFIP ser monotributista con ganancias de hasta $15.000 por año. Para levantar la quiebra de Ciccone hizo pagos por más de $2.000.000.
La semana pasada, la Casa de Moneda, al mando de Katya Daura (alineada con Boudou), recomendó al Banco Central que habilite a Ciccone para que pueda imprimir billetes de cien pesos.
A eso se suma que la empresa se presentó a un licitación para confeccionar cédulas y patentes de autos y motos. Por los dos negocios podría recibir por parte del Estado más de U$S 70.000.000 .
Daura iba a viajar este fin de semana a la ciudad de Lausana, en Suiza. Pero estalló el “Caso Ciccone”. Y se quedó.
Fuente: Diario Clarín
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